«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades» (OMS, 1946)
La salud mental está relacionada con el bienestar emocional, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y la recuperación de las personas con problemática derivada de la salud mental.
La Organización Mundial de Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar, en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades y puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y es capaz de hacer una contribución para su comunidad.
De esta manera, el estado mental también forma parte de la evaluación del estado de salud de la persona: no se puede tener un nivel óptimo de salud y una salud mental deficitaria. El concepto de salud mental está implícito, como un aspecto indisociable.
Según la OMS, una de cada cuatro personas vivirá un trastorno de salud mental a lo largo de su vida. Existe un cúmulo de factores que pueden incidir en su aparición (condiciones personales y sociales, factores ambientales como el estrés, alteraciones químicas o estructurales en el cerebro, la predisposición genética, el consumo de drogas, los traumatismos cerebrales, las enfermedades orgánicas,…)
A pesar de que todos/as en algún momento hemos experimentado sentimientos que nos han provocado malestar, un trastorno mental se puede definir como una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del comportamiento, en el que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la conducta, la percepción, la sensación, etc,… Estos factores dificultan la adaptación de la persona al entorno cultural y social en el que vive y crean algún tipo de malestar subjetivo.
Presencia frecuente, intensa y desproporcionada de nerviosismo, preocupación o temor exagerado que puede interferir en el día a día de la persona provocando malestar, tensión y elevado estado de alerta.
Tipos: Obsesivo-compulsivo, T. Por estrés post traumático, Crisis de angustia, Fobias, Fobia social.
Trastornos que cursan con presencias de ideas y percepciones anormales y pérdida de contacto con la realidad provocando angustia, nerviosismo, hipervigilancia y aislamiento social y emocional.
Tipos: Esquizofrenia, T. Delirante, T. Esquizoafectivo, T. esquizofreniforme, T. psicótico breve.
Patrones rígidos e inflexibles de experiencia interna y comportamientos que se alejan notablemente de las expectativas del entorno de la persona que los padece.
Tipos: T. Límite de la personalidad, T. Narcisista de la personalidad, T. Personalidad dependiente, T. personalidad evitativa,…
También conocidos como Trastorno Afectivos, en los que la persona manifiesta estados de tristeza o de alegría demasiado intensos u oscilaciones de los mismos, limitando la capacidad de llevar a cabo una vida normal.
Tipos: T. Bipolar, Ciclotímia, T. Depresivo mayor, Distímia
Se relacionan con una conducta alterada en relación a los hábitos alimentarios, la cual se traduce en comportamientos que van desde el hecho de comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de alimentos.
Coexistencia, en una misma persona, de una dependencia o adicción (ya sea a substancias legales, ilegales o a comportamientos), junto a un problema de salud mental.
A lo largo de nuestra vida nos podemos encontrar con situaciones que nos hagan tambalear o sentirnos mal. La pérdida de un empleo, una separación, la muerte de un ser querido, una enfermedad o cualquier episodio estresante nos pueden provocar cambios emocionales o relacionales.
Estas variaciones del estado habitual son normales, pero si se alargan semanas o meses pueden considerarse como una señal de sufrimiento emocional. En este momento es importante buscar ayuda profesional.
Si observas algún sufrimiento emocional en ti o en alguna persona cercana, identifica las primeras señales como un problema de salud mental:
¿Ha cambiado su forma de ser? (tristeza, euforia, cambios de humor,…)
¿Se comporta de forma “extraña”? (habla solo/a, dice cosas sin sentido,…
Se expone a algún peligro, gasta mucho dinero, consume tóxicos,…
Actúa de manera diferente a la que es habitual.
Aumentan las “manías” o “supersticiones” que repercuten en su día a día.
Prefiere estar solo/a
Abandona sus aficiones
Abandona las rutinas diarias
Está más cerrado/a o abierto/a de lo que es habitual
Tiene problemas laborales, en la escuela o en el grupo de amistades
Pierde contacto con las amistades
Tiene miedo de relacionarse
Tiene miedo sin causa manifiesta
Vive con angustia situaciones habituales
Se siente triste sin motivo
Tiene cambios de humor bruscos
Tiene baja autoestima
Muestra cambios de energía
Tiene conductas repetitivas
Falta de interés por su aspecto o higiene
Imagen extravagante (cambios significativos)
Alteraciones del sueño (duerme muchas/pocas horas, dificultades para salir de la cama, horario alterado,…)
Cambios en la alimentación
Tiene dificultades de concentración, atención, memoria…
Disminución del rendimiento intelectual
Cambios a nivel de razonamiento
Dificultades para seguir conversaciones, cambios repentinos de tema…
Desorientación, dificultad para recordar citas, fechas…
Si sientes algún tipo de malestar emocional o tenso una persona cerca que sufre de algún problema de salud mental, aquí encontrarás el camino para conocer la solución
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Si en algún momento detectas alguna de estas señales, puede ser que la persona que las manifieste esté pasando por un mal momento y necesite soporte.
Cuanto antes pueda ser atendida por el personal cualificado, mejor respuesta se podrá esperar.
Si tienes dudas o necesitas ayuda, ¡ponte en contacto con nosotras!